Por Ramón Talavera Franco

“De Cocula es el mariachi, de Tecalitlan los sones….”

Esta es una de las estrofas más conocidas del Son “Cocula” y decidimos usarla como inicio del presente artículo para referirnos precisamente a algo que muchos de los amantes de la música de mariachi desconocen: el lugar que le dio origen.

Existen muchas teorías. Una de ellas, quizá la más conocida, menciona que la palabra “Mariachi”  proviene de la palabra francesa “marriage”, que significa boda o matrimonio y que con el tiempo se transformó en la palabra “mariachi” que hoy conocemos. La teoría que la sustenta, dice que durante la intervención francesa, los soldados franceses comenzaron a referirse como “marriage” (Matrimonio en francés) no únicamente a las bodas que ellos presenciaban en tierras mexicanas, sino a la música que se tocaba en dichos eventos,  pero si esta teoría fuera cierta, querría decir que ellos fueron quienes bautizaron a este tipo de grupo musical, dando por hecho que antes de su llegada no existía ninguna palabra que los identificara. Lo cual es poco creíble.

Otra de las teorías señalan que en Jalisco y Michoacán hay un árbol de madera blanca y porosa el cual es usado para la fabricación de guitarras. Según algunos  investigadores, este árbol se llama “mariachi”, sin embargo, hay mucha gente oriunda de estas regiones que desmienten que exista un árbol con dicho nombre.

Pero hay otra teoría que al parecer, es la más acertada o cuando menos la que muchos mariachis mexicanos aceptan. Esta es la que afirma que la palabra “Mariachi” se originó en Cocula, Jalisco.

Coculán es un cerro al sur de Cocula donde se asentó la tribu coca en el siglo XVI. Ellos eran descendiente de los chimalhuacanos y a su vez de los nahoas. De ellos, se afirma que tenían tanto habilidades para la música como para imitar los sonidos que les parecían agradables. Y son a ellos, a esta tribu, a los que México les debe hoy que existan los ya famosos “Mariachis”.

¿Cómo nació “El Mariachi”?

Para comprender su nacimiento, tenemos que remontarnos a la conquista española y recordar el gusto melódico de los Cocas.  Cuando llegaron los frailes españoles a Cocula, se dieron cuenta de la facilidad de los lugareños para reproducir sonidos y música a través de instrumentos que ellos mismos construían y decidieron utilizar la música, como instrumento evangelizador. El Fraile Miguel de Bolonia, logró transformar antiguas melodías dedicadas a sus ancestrales deidades aztecas, en alabanzas a la Madre de Jesús y a San Miguel Arcángel y subrayó la idea de que la música era el lenguaje que Dios había decidió utilizar para  comunicarse con ellos.

Así, al correr el tiempo y ser totalmente conquistados por los españoles, los músicos  Cocas transformaron no sólo sus propios ritmos autóctonos, sino que adoptaron instrumentos españoles como el violín y la guitarra. En rancherías cercanas a Cocula nacieron los viejos “violines del cerro” y haciendo gala de su facilidad de crear instrumentos nuevos,  el indígena Justo Rodríguez Nixen inventó la vihuela con una concha de armadillo y luego el guitarrón con cuerdas de tripas de animales, instrumentos ya actualizados sin los cuales el mariachi que hoy escuchamos carecería de su sonido característico.

Durante su proceso evangelizador, los indígenas de Cocula empezaron a adorar a la Virgen que llamaban “Maria del Río”, cuya imagen fue descubierta mientras unos campesinos araban la tierra. Este hallazgo fue el acicate que despertó la devoción de los coculeneses y en su nombre crearon una canto de alabanza, del que, según los investigadores, nació la palabra “Mariachi”.

En  uno de los párrafos de la alabanza que crearon para esta Virgen, se lee “Maria ce son” que según los estudiosos significa “la Canción de María”. Al pronunciar “Maria Ce…” parecía que decían “Maria Shi” o “María She” que al pronunciarse rápido suena como “Mariachi”.

Así, según este estudio, la palabra “Mariachi” proviene en realidad un canto religioso, y no de la palabra francesa “mariage” como otros investigadores afirman.

Al pasar el tiempo y hasta principios del siglo XX, la música de mariachi era menospreciada por la aristocracia y había permanecido en su medio rural, pero en 1905 las cosas cambiaron al considerarse  al mariachi como un grupo pintoresco, digno de presentarse en foros citadinos. Así, cuenta la leyenda, un grupo de mariachis fue  llevado a cantar en un onomástico del presidente Porfirio Díaz. Las narraciones describen a este grupo vestido a la usanza  de los hombres de campo y los instrumentos que llevaban en aquel entonces resumían aquellos con los que empezaron: violines, vihuelas y guitarrones.

Dos años después, en 1907 nuevamente Porfirio Díaz utilizó la música de mariachi para amenizar una fiesta ofrecida en honor del secretario de estado norteamericano  Eliu Root. Se dice que este grupo vino ex profeso desde Guadalajara e interpretó sones y jarabes mientras dos charros acompañados por dos tapatías bailaron al compás de las arpas y de los violines.  ¡Y algo importante! Se dice que ésta fue la primera vez que un “mariachi” se vistió del atuendo ya característico de charro.

Hoy en día, los “mariachis” interpretan sus melodías no sólo en México, sino en muchas ciudades de Estados Unidos y han logrado acaparar el gusto del público más exigente. Si no, que lo diga el senador Edward Kennedy, quien cantó a lado de ellos en la reciente convención del partido demócrata.